El área comprendida
por la desigualdad de oportunidades
-junto al círculo vicioso de la droga
y el caldo de cultivo de la violencia justificada-
no es menor que el producto
de las frustraciones y resentimientos
que genera la acumulación de deseos
y expectativas insatisfechas,
alimentadas en parte
por el ansia de infinito del alma humana
y en no menor medida
por la contribución de los que lucran
con la demagogia política
+ el absurdo afán de ostentación
e insensibilidad temeraria
de los plutócratas de turno
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